Una de las características más llamativas y conocidas del alemán es la formación de palabras compuestas, que pueden adquirir bastante longitud y aparente complejidad. El alemán es un lenguaje muy dinámico en cuanto a la formación de nuevas palabras, que en ocasiones se convierten en términos kilométricos. Esta característica, en realidad, se debe a la eficacia y eficiencia de este lenguaje, que puede reducir a un término (compuesto) una idea relativamente compleja. En otros idiomas hay que construir una frase de mayor complejidad y longitud, añadiendo preposiciones que en alemán se hacen innecesarias al construir palabras compuestas. Veremos en un futuro cercano que las temidas «palabras largas» del alemán son menos fieras de lo que parecen.
Palabra alemana del año 2012

La Sociedad para la Lengua Alemana (Gesellschaft für deutsche Sprache) escoge desde 1971 la «Palabra alemana del año«, que debe resumir con brevedad y eficiencia ideas complejas que hayan dominado las noticias y el debate público durante el año. No tiene que ser una palabra compuesta, pero en muchas ocasiones así es.
En diciembre de 2012, se nominó Rettungsroutine como palabra del año. Este sustantivo significa literalmente «rutina de rescate» o «proceso de rescate» y, con el apogeo de la catastrofe económica de Europa en 2012, esta palabra entró de lleno en el lenguaje periodístico y popular.
Como la mayor parte de palabras largas alemanas, en realidad se forma por elementos más cortos: Rettungs y Routine. Rettungs, significa «rescate», y Routine significa «rutina».
La palabra del año anterior, en la misma línea, fue «Stresstest«, refiriéndose con ella a las pruebas de fortaleza financiera de las entidades bancarias.
¿Qué ocurriría si la RAE hiciese lo mismo? Tal vez tendríamos palabras del año como indignados o bosón. Personalmente, me quedo con la segunda. Más escurridiza pero más esperanzadora que la economía.